domingo, 15 de febrero de 2015

Juan Aparicio Herrero


Poeta, dramaturgo y crítico teatral, nacido en Sevilla en 1.916 y fallecido en Caracas en el año 2.000.
Hijo de un comerciante, realizó sus estudios de bachillerato en el colegio de San Francisco de Paula, obteniendo muy buenas calificaciones.

Durante su juventud se impregnó del espíritu sevillano con el flamenco y los toros, debido a que su padre era un gran aficionado y con quien acudía muchas tardes a la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Esta experiencia queda muy bien reflejada en su ensayo “De la espiritualidad andaluza”, publicado en el periódico “El Liberal” de Sevilla en 1.934 y “Autobiografía en la barrera”, recogido en su espléndido libro taurino: “Gloria y memoria del arte de torear”.

Su vocación poética nace a los 17 años, frecuentando el ambiente cultural de Sevilla en el Ateneo y las Academias. A los 18 años comienza a colaborar con el periódico sevillano “El Liberal”. Aquí aparecen interesantes artículos suyos, especialmente de temas sevillanos, que se podrían considerar ensayos breves, pero llenos de contenido filosófico y humano. Algunas de sus colaboraciones periodísticas las firmaba con el pseudónimo de “Errere”.

Se dio a conocer con motivo de las celebraciones del centenario del nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer (17 febrero 1.936), donde formó parte del grupo organizador del homenaje junto a los hermanos Álvarez Quintero y Jorge Guillén, entre otros.

En marzo de 1.936 se traslada a Madrid, donde le sorprenderá la Guerra Civil Española. Será en ella donde se intensifique su actividad literaria, de acuerdo con un ideal ético y político de lucha popular.
Se enroló en el 5º Regimiento de las Milicias Populares, donde coincidirá con Miguel Hernández, formando parte de la Brigada de “El Campesino” como Comisarios de Cultura, realizando labores de propaganda y divulgación, y juntos soportarán en noviembre de 1.936, en Alcalá de Henares (Madrid), el tremendo bombardeo de la aviación alemana.

El 12 de febrero de 1.937 es herido de bala en la batalla del Jarama, dedicándole Miguel Hernández una entrañable nota periodística. Después pasaría a dirigir la revista “Al ataque”, editada por el Comité Cultural de su unidad.

En Madrid, en 1.938, aparece su primer poemario, “Elegía a la muerte de Federico García Lorca”, con dibujos de Santiago Ontañón que fue muy amigo de García Lorca, publicado por la editorial Signo, perteneciente al poeta Rafael Alberti.

La labor poética - bélica de Antonio Aparicio fue recogida en el “Romancero de la Guerra Civil” (1.936), en el “Romancero General de la Guerra de España” (1.937) y en “Poesías de las trincheras”.

Al estilo de García Lorca con su teatro ambulante “La Barraca”, introdujo el mundo del teatro en las trincheras con “Guerrillas del Teatro”, un grupo estable de cinco actores, la mayoría de las veces profesionales, con los que iba recorriendo el frente.

Acabada la guerra en 1.939, es detenido, aunque consigue evadirse, pidiendo asilo en la Embajada de Chile en Madrid, donde le protegió Pablo Neruda. Aquí colabora con Santiago Ontañón y Pablo de la Fuente en la edición de una revista literaria con el título de “Luna” y el periódico chileno “El Cometa”.

El 9 de septiembre de 1.940 es conducido hasta la frontera de Portugal, con dirección a Chile, donde es acogido en los primeros momentos de la posguerra. Regentó la librería Arte en la ciudad de Santiago de Chile, donde organizó una exposición de grabados de Goya.

Viajó a Argentina (1.946), Uruguay y Brasil, para pasar años más tarde a México, publicando “Poesía y Cielo” y “Velada en el jardín”. Regresó ocasionalmente a Europa, pasando un tiempo en Londres y París.

Retornó a España en 1.964, una vez contraídas sus segundas nupcias en Caracas, con el propósito de instalarse definitivamente en Sevilla, donde edita una revista semanal. Aquí, en Sevilla, nacerían dos de sus hijos. Compone los noventa poemas de “Ardiendo en Ira”, que no se publicarían hasta 1.977.

Pero pronto le surgen las dificultades. Los registros policiales en su casa se suceden, se siente incómodo y decide trasladarse de nuevo a Caracas, donde trabajó en el periódico “El Nacional”.
Hasta el año 2.000 vivió en la capital venezolana, ultimando su obra inédita y dirigiendo un programa radiofónico de información denominado “El Diario español” durante algo más de treinta años. Allí falleció el 10 de julio de ese mismo año, cuando contaba 84 años de edad.

En 1.981, el Ayuntamiento de Sevilla le rindió un homenaje a Antonio Aparicio con la publicación de “Gloria” y “Memoria del arte de torear”, prologado por Joaquín Caro Romero.