Esta
es la gran figura de Morales Padrón un canario americanista enamorado de
Sevilla, a la que dedica su esencia, en su Sevilla insólita.
Nació
en la localidad canaria de Santa Brígida en 1923, falleciendo en Sevilla el 15
de noviembre de 2010 a la edad de 87 años. Historiador, americanista y
sevillano universal, estuvo 52 años como catedrático en la Universidad Hispalense.
Licenciado
en Historia de América por la Universidad de Sevilla, fue catedrático de
«Historia de los Descubrimientos Geográfi cos» de 1958 a 1988 y profesor
emérito de la Hispalense de 1989 a 2006. Fue doctor honoris causa por las
universidades de Attila Josef de Szeged, Génova y Las Palmas y recibió la
encomienda con placa de Alfonso X el Sabio, la orden al mérito civil del
Gobierno Peruano y la orden Andrés Bello. También fue nombrado Hijo Adoptivo de
Las Palmas de Gran Canaria e Hijo Predilecto de su pueblo natal, Santa Brígida.
Autor
de numerosos libros sobre América «Historia del descubrimiento y conquista de
América», «Historia de Hispanoamérica», «Los conquistadores de América» o
«Teoría y leyes de la conquista», entre otros y sobre su otra gran pasión,
Sevilla, como La ciudad del Quinientos,
Sevilla insólita, Visión de Sevilla, Los corrales de vecinos de Sevilla, Leyenda y realidad en la sevillana Fábrica de Tabacos, De cómo los
extranjeros vieron a la Sevilla de Zurbarán, Viajeros extranjeros en Sevilla: siglo XIX, Encuentro con Sevilla, Apócrifo
sevillano: Jesús muere y resucita en Sevilla, Sevilla, Guía sentimental de Sevilla, Sevilla: la ciudad de los cinco nombres, Los archivos parroquiales de Sevilla, Sevilla y el río, etc…
Se
licenció en Filosofía y Letras en las Universidades de La Laguna y Sevilla.
Comenzó colaborando como becario en el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas. Fue decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de
Sevilla y dirigió los colegios universitarios Santa María del Buen Aire y
Hernando Colón, de Sevilla. Obtiene primero el grado de maestro nacional, luego
se doctora en Historia de América en Madrid en 1952, completando su
trayectoria, como profesor adjunto en la Universidad Hispalense, entre 1952 y
1954. Con posterioridad, adquiere el grado de colaborador del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas adscrito a la Escuela de Estudios Hispano-Americanos,
entre los años 1954-58.
Formó
parte, como vicesecretario primero y como vicerrector después, de la Escuela de
Estudios Hispanoamericanos. Fundó y dirigió la revista Historiografía y
Bibliografía Americanista. Dirigió la Real Academia Sevillana de las Buenas
Letras entre 1981 y 1990 y la Fundación Focus-Abengoa de 1989 a 2003. en 1990
el Gobierno Autónomo de Canarias le concedía el Premio Canarias de acervo
socio-histórico. Entre otros, se hizo merecedor de los premios Andalucía de
Humanidades Ibn Jatib, así como de la Medalla de Oro de la Universidad
Internacional de Andalucía (Unia). Fue colaborador habitual de ABC,
donde publicó una celebrada serie sobre Colón.
Don
Francisco Morales Padrón constituye un ejemplo típico de esos personajes que se
han labrado y hecho así mismos; lo que ha ganado en la vida, es fruto de un
esfuerzo personal y a veces también colectivo, de su familia, en la más amplia
acepción de la palabra, que le ha apoyado y ayudado a llegar dónde hoy está. Al
nacer en Santa Brígida en el seno de una familia humilde, debió de enfrentarse
desde muy pronto, a una serie de dificultades que le retrasaron en sus estudios
de secundaria, que gracias a una beca pudo culminar en el prestigioso colegio
“Viera y Clavijo”, de las Palmas, dónde con resultados más que notables, acabó
su bachillerato; a partir de ese momento, la palabras becas y esfuerzos irán
íntimamente unidas, hasta culminar su carrera universitaria.
Le
toca realizar su licenciatura universitaria entre los años de 1944-1949, en
plena posguerra española y durante parte del transcurso de la II Guerra
Mundial; primero en la Universidad de La
Laguna, y con posterioridad, su especialización en Historia de América, en la
de Sevilla, cuna de una relevante escuela de americanistas, de las que nuestro
paisano constituye uno de sus más claros ejemplos. Su carrera académica, es asimismo
un exponente manifiesto de la dificultad y
el recorrido que tuvieron que realizar muchos jóvenes de la época,
maestros hoy glosados, a los que la necesidad vital de sustento, para ellos y
sus familias, les obligó a realizar un rodeo por la enseñanza primaria o
secundaria, antes de llegar a la universitaria.
Así
pues, obtiene primero el grado de maestro nacional, luego se doctora en
Historia de América en Madrid en 1952, completando su trayectoria, como
profesor adjunto en la Universidad Hispalense, entre 1952 y 1954. Con
posterioridad, adquiere el grado de colaborador del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas adscrito a la Escuela de Estudios
Hispano-Americanos, entre los años 1954-58; en este último, concursa a una cátedra de Historia de América
que obtiene, ejerciéndola de forma ininterrumpida hasta el año de su jubilación
en 1989. En esa misma fecha, será elegido profesor emérito de la Universidad
Hispalense, que de esta forma le reconocía y se negaba a prescindir de sus
servicios.
Completó sus estudios en la Universidad de la Laguna, para
luego especializarse en Historia de América en la Hispalense. Entre sus obras
con más renombre destacan "Jamaica Española" (1952), "El
comercio canario-americano (siglos XVI, XVII, XVIII)" (1995), "Historia
de la Conquista de América" (1973), "Sevilla, Canarias y
América" (1970) o "Sevilla insólita" (1972), editada hasta siete
veces y el ejemplar más vendido del Servicio de Publicaciones de la Universidad
de Sevilla.
Fue colaborador científico del C.S.I.C., Catedrático de la
Universidad de Sevilla en la cátedra "Historia de los Descubrimientos
Geográficos" (1958-1988) y Profesor Emérito de la misma facultad entre
1989 y 2006. Entre otros cargos, fue Vicedecano y Decano de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla (1962- 1969), Vicedirector de
la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla (1965-1970), Director del
Departamento de Historia de América (1972-1978), Director del Colegio Mayor
Universitario "Hernando Colón" (1964-1978), Director de la Real
Academia Sevillana de las Buenas Letras (1981-1990) y Director de la fundación
Focus-Abengoa (1989-2003).
Ha ejercido la docencia en la Universidad de Sevilla, la
Escuela Diplomática española, la Universidad de Florencia, la Universidad de
Varsovia y la Universidad de San Miguel de Tucumán (Argentina). Ha participado
en los Cursos de Verano de la Universidad Menéndez y Pelayo, los del Escorial,
los de la Universidad Hispanoamericana de Santa María de la Rábida, los Cursos
de Otoño de la Universidad de Sevilla y los de la Fundación Fundes.
Llamado y solicitado por numerosas Universidades, ocupó
muchos cargos en la Hispalense además de presidente de la Real Academia
Sevillana de las Buenas Letras, entre otros. Premiado con numerosas condecoraciones
que avalaban su trayectoria profesional, recibió la Encomienda Alfonso X el
Sabio, la Orden al Mérito Civil Peruano, la Orden Andrés Bello de Venezuela o
recientemente la medalla de oro de la Universidad Internacional de la Rábida
antes de fallecer.
Entre algunas de sus distinciones, fue Doctor Honoris Causa
por las universidades Attila Josef de Szeged, Hungría, por la de Génova y por
la de Las Palmas de Gran Canaria. Recibió la placa de Alfonso X el Sabio, el
Orden al mérito civil del Gobierno Peruano, la Orden Andrés Bello, segundo
grado, de Venezuela, el Can de plata del Exmo. Cabildo Insular de Gran Canaria.
Asimismo, es Hijo adoptivo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y
predilecto de su pueblo natal, Santa Brígida.
Perteneció a la Real Academia Española de la Lengua y de la
Historia, a las Academias Nacionales de la Historia de Portugal y Argentina, a
la Societé des Ameticanistes (París) y a varios organismos de México, Honduras,
Panamá, Puerto Rico, Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay y Perú.
Sevilla insólita
De por sí resulta insólito que yo tenga la
osadía de intentar hablar de una parcela de esta ciudad: de la Sevilla
insólita. Porque toda Sevilla es una ciudad insólita, entendiendo como tal algo
no común, extraordinario, desacostumbrado. Más que insólita mi pretensión, más
que asombrosa, lo que me parece es audaz. Pero en función del amor —quien mucho
ama será perdonado—, y con la misma levedad científica con que hemos definido
el vocablo insólito, vamos a pasear por un itinerario sevillano que nos llevará
por cosas no comunes, desconocidas a veces por algunos y siempre entrañables
para mí. Cosas insólitas las hay en todas partes y cada día. Aquí y allá.
Sevilla es una ciudad para quedarse en ella
y amarla o para marcharse. Nosotros nos hemos quedado. Y el que se queda, si
quiere ser algo en ella tiene que integrarse. Y el que queda acaba amándola,
aunque practique una continua crítica.
Esta
es la gran figura de Morales Padrón un americanista enamorado de Sevilla, a la
que le dedica su esencia, en su Sevilla insólita.