jueves, 15 de octubre de 2015

Salvador Navarro


  
Con esta novela Salvador Navarro se consolida como una de la más firmes promesas de la literatura en nuestra ciudad.

Nacido en Sevilla en el 67, Salvador Navarro es un ingeniero de Renault a quien en su tiempo libre le gusta contar historias, comenzó a escribir ya adolescente. Amante de la literatura norteamericana del siglo XX, Patricia Highsmith, Paul Auster, John Irving, son sus autores favoritos. En 2002  publica su primera novela, ‘Eres lo único que tengo, niña’. Tras una etapa de tres años viviendo en París, ‘Rosa.0’ y ‘Andrea no está loca’ confirmaron su asentamiento en el panorama literario sevillano. Literatura urbana, contemporánea, con fuertes componentes psicológicos en que los personajes son la base y las tramas siempre se rodean de una atmósfera de fuerte tensión, muy influido por la narrativa americana del siglo XX.

Con ‘No te supe perder’, finalista del XIX Premio Internacional de Novela Luis Berenguer, Salvador Navarro busca su aceptación a nivel nacional como narrador de historias.

Ahora Salvador Navarro acaba de presentar su último trabajo Huyendo de mí, publicado por Algaida Editores. Con esta novela Salvador Navarro se consolida como una de la más firmes promesas de la literatura en nuestra ciudad.

Huyendo de mí .- Leo es un arquitecto en horas bajas, tanto en términos profesionales como matrimoniales, que cree percibir un guiño del destino en su encuentro casual con ese viejo amor juvenil que fue Virginia. Puesto que ambos parecen dispuestos a engañarse al respecto, a revivir de forma artificial aquello que los uniera en el pasado, Pablo deberá tomar cartas en el asunto y evitar que se utilicen y acaben haciendo daño el uno a otro.

Huyendo de mí lleva al límite las relaciones. En una relación puedes amar tanto que incluso te des cuenta de que no estás dando todo lo que tu pareja se merece; que el amor que sientes por ella sea tan fuerte que incluso le ofrezcas estar con otra persona, tener otra vida... He querido llevar el amor pleno hasta sus últimas consecuencias.

El título de la novela tiene un sentido ambiguo, puede ser una huida de la persona amada, pero también una huida de uno mismo. Lo que quiere reflejar, el autor,  es ese momento de crisis, de cambio en el que uno quiere deshacerse de la vida que lleva.

viernes, 2 de octubre de 2015

Francisco Morales Padrón


Esta es la gran figura de Morales Padrón un canario americanista enamorado de Sevilla, a la que dedica su esencia, en su Sevilla insólita.

Nació en la localidad canaria de Santa Brígida en 1923, falleciendo en Sevilla el 15 de noviembre de 2010 a la edad de 87 años. Historiador, americanista y sevillano universal, estuvo 52 años como catedrático en la Universidad Hispalense.

Licenciado en Historia de América por la Universidad de Sevilla, fue catedrático de «Historia de los Descubrimientos Geográfi cos» de 1958 a 1988 y profesor emérito de la Hispalense de 1989 a 2006. Fue doctor honoris causa por las universidades de Attila Josef de Szeged, Génova y Las Palmas y recibió la encomienda con placa de Alfonso X el Sabio, la orden al mérito civil del Gobierno Peruano y la orden Andrés Bello. También fue nombrado Hijo Adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria e Hijo Predilecto de su pueblo natal, Santa Brígida.

Autor de numerosos libros sobre América ­«Historia del descubrimiento y conquista de América», «Historia de Hispanoamérica», «Los conquistadores de América» o «Teoría y leyes de la conquista», entre otros­ y sobre su otra gran pasión, Sevilla, como La ciudad del Quinientos, Sevilla insólita, Visión de Sevilla, Los corrales de vecinos de Sevilla, Leyenda y realidad en la sevillana Fábrica de Tabacos, De cómo los extranjeros vieron a la Sevilla de Zurbarán, Viajeros extranjeros en Sevilla: siglo XIX, Encuentro con Sevilla, Apócrifo sevillano: Jesús muere y resucita en Sevilla, Sevilla, Guía sentimental de Sevilla, Sevilla: la ciudad de los cinco nombres, Los archivos parroquiales de Sevilla, Sevilla y el río, etc…

Se licenció en Filosofía y Letras en las Universidades de La Laguna y Sevilla. Comenzó colaborando como becario en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Fue decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla y dirigió los colegios universitarios Santa María del Buen Aire y Hernando Colón, de Sevilla. Obtiene primero el grado de maestro nacional, luego se doctora en Historia de América en Madrid en 1952, completando su trayectoria, como profesor adjunto en la Universidad Hispalense, entre 1952 y 1954. Con posterioridad, adquiere el grado de colaborador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas adscrito a la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, entre los años 1954-58.

Formó parte, como vicesecretario primero y como vicerrector después, de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos. Fundó y dirigió la revista Historiografía y Bibliografía Americanista. Dirigió la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras entre 1981 y 1990 y la Fundación Focus-Abengoa de 1989 a 2003. en 1990 el Gobierno Autónomo de Canarias le concedía el Premio Canarias de acervo socio-histórico. Entre otros, se hizo merecedor de los premios Andalucía de Humanidades Ibn Jatib, así como de la Medalla de Oro de la Universidad Internacional de Andalucía (Unia). Fue colaborador habitual de ABC, donde publicó una celebrada serie sobre Colón.

Don Francisco Morales Padrón constituye un ejemplo típico de esos personajes que se han labrado y hecho así mismos; lo que ha ganado en la vida, es fruto de un esfuerzo personal y a veces también colectivo, de su familia, en la más amplia acepción de la palabra, que le ha apoyado y ayudado a llegar dónde hoy está. Al nacer en Santa Brígida en el seno de una familia humilde, debió de enfrentarse desde muy pronto, a una serie de dificultades que le retrasaron en sus estudios de secundaria, que gracias a una beca pudo culminar en el prestigioso colegio “Viera y Clavijo”, de las Palmas, dónde con resultados más que notables, acabó su bachillerato; a partir de ese momento, la palabras becas y esfuerzos irán íntimamente unidas, hasta culminar su carrera universitaria.
Le toca realizar su licenciatura universitaria entre los años de 1944-1949, en plena posguerra española y durante parte del transcurso de la II Guerra Mundial;  primero en la Universidad de La Laguna, y con posterioridad, su especialización en Historia de América, en la de Sevilla, cuna de una relevante escuela de americanistas, de las que nuestro paisano constituye uno de sus más claros ejemplos. Su carrera académica, es asimismo un exponente manifiesto de la dificultad y  el recorrido que tuvieron que realizar muchos jóvenes de la época, maestros hoy glosados, a los que la necesidad vital de sustento, para ellos y sus familias, les obligó a realizar un rodeo por la enseñanza primaria o secundaria, antes de llegar a la universitaria.

Así pues, obtiene primero el grado de maestro nacional, luego se doctora en Historia de América en Madrid en 1952, completando su trayectoria, como profesor adjunto en la Universidad Hispalense, entre 1952 y 1954. Con posterioridad, adquiere el grado de colaborador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas adscrito a la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, entre los años 1954-58; en este último,  concursa a una cátedra de Historia de América que obtiene, ejerciéndola de forma ininterrumpida hasta el año de su jubilación en 1989. En esa misma fecha, será elegido profesor emérito de la Universidad Hispalense, que de esta forma le reconocía y se negaba a prescindir de sus servicios.

Completó sus estudios en la Universidad de la Laguna, para luego especializarse en Historia de América en la Hispalense. Entre sus obras con más renombre destacan "Jamaica Española" (1952), "El comercio canario-americano (siglos XVI, XVII, XVIII)" (1995), "Historia de la Conquista de América" (1973), "Sevilla, Canarias y América" (1970) o "Sevilla insólita" (1972), editada hasta siete veces y el ejemplar más vendido del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.

Fue colaborador científico del C.S.I.C., Catedrático de la Universidad de Sevilla en la cátedra "Historia de los Descubrimientos Geográficos" (1958-1988) y Profesor Emérito de la misma facultad entre 1989 y 2006. Entre otros cargos, fue Vicedecano y Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla (1962- 1969), Vicedirector de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla (1965-1970), Director del Departamento de Historia de América (1972-1978), Director del Colegio Mayor Universitario "Hernando Colón" (1964-1978), Director de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras (1981-1990) y Director de la fundación Focus-Abengoa (1989-2003).

Ha ejercido la docencia en la Universidad de Sevilla, la Escuela Diplomática española, la Universidad de Florencia, la Universidad de Varsovia y la Universidad de San Miguel de Tucumán (Argentina). Ha participado en los Cursos de Verano de la Universidad Menéndez y Pelayo, los del Escorial, los de la Universidad Hispanoamericana de Santa María de la Rábida, los Cursos de Otoño de la Universidad de Sevilla y los de la Fundación Fundes.

Llamado y solicitado por numerosas Universidades, ocupó muchos cargos en la Hispalense además de presidente de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, entre otros. Premiado con numerosas condecoraciones que avalaban su trayectoria profesional, recibió la Encomienda Alfonso X el Sabio, la Orden al Mérito Civil Peruano, la Orden Andrés Bello de Venezuela o recientemente la medalla de oro de la Universidad Internacional de la Rábida antes de fallecer.

Entre algunas de sus distinciones, fue Doctor Honoris Causa por las universidades Attila Josef de Szeged, Hungría, por la de Génova y por la de Las Palmas de Gran Canaria. Recibió la placa de Alfonso X el Sabio, el Orden al mérito civil del Gobierno Peruano, la Orden Andrés Bello, segundo grado, de Venezuela, el Can de plata del Exmo. Cabildo Insular de Gran Canaria. Asimismo, es Hijo adoptivo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y predilecto de su pueblo natal, Santa Brígida.

Perteneció a la Real Academia Española de la Lengua y de la Historia, a las Academias Nacionales de la Historia de Portugal y Argentina, a la Societé des Ameticanistes (París) y a varios organismos de México, Honduras, Panamá, Puerto Rico, Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay y Perú.

Sevilla insólita

De por sí resulta insólito que yo tenga la osadía de intentar hablar de una parcela de esta ciudad: de la Sevilla insólita. Porque toda Sevilla es una ciudad insólita, entendiendo como tal algo no común, extraordinario, desacostumbrado. Más que insólita mi pretensión, más que asombrosa, lo que me parece es audaz. Pero en función del amor —quien mucho ama será perdonado—, y con la misma levedad científica con que hemos definido el vocablo insólito, vamos a pasear por un itinerario sevillano que nos llevará por cosas no comunes, desconocidas a veces por algunos y siempre entrañables para mí. Cosas insólitas las hay en todas partes y cada día. Aquí y allá.

Sevilla es una ciudad para quedarse en ella y amarla o para marcharse. Nosotros nos hemos quedado. Y el que se queda, si quiere ser algo en ella tiene que integrarse. Y el que queda acaba amándola, aunque practique una continua crítica.

Esta es la gran figura de Morales Padrón un americanista enamorado de Sevilla, a la que le dedica su esencia, en su Sevilla insólita.