Rafael de León pertenece por derecho
propio a la denominada "Generación del 27" de los poetas españoles,
aunque un incomprensible olvido ha hecho que nunca figure en esa nómina
Rafael de León y Arias de Saavedra, VIII
marqués del Valle de la Reina, VII marqués del Moscoso y IX conde de Gómara
(Sevilla, 1.908 – Madrid, 1.982), escritor y poeta de la Generación del 27, y
autor de numerosas letras de copla.
De noble cuna, a los pocos días de su
nacimiento, en la calle San Pedro Mártir, fue bautizado en la parroquia de la
Magdalena. En 1.916 ingresó en el internado del colegio jesuita San Luis
Gonzaga del Puerto de Santa María (Cádiz), donde coincidió con un joven Rafael
Alberti. También estudió en otros colegios privados de órdenes religiosas, como
en el Palo de Málaga o en Utrera (Sevilla).
En 1.926 inició la carrera de Derecho en
la Universidad de Granada. Allí conoció a Federico García Lorca, con quien
entabló una buena amistad. Terminados sus estudios se dedicó a frecuentar los
cafés cantantes y teatros de variedades de Sevilla, y en estos medios que se
desenvuelve vive un ambiente liberal, colaborando con el letrista Antonio
García Padilla, conocido por el “Kola”, padre de la actriz y cantante Carmen
Sevilla, y de esta relación artística surgieron algunas canciones conocidas.
En 1.932, Rafael de León se traslada a
Madrid bajo la influencia del gran músico sevillano Manuel Quiroga, que en
unión del autor teatral Antonio Quintero, formaron el famoso trío Quintero,
León y Quiroga, que llegaron a registrar más de cinco mil canciones.
Al estallar la Guerra Civil española,
Rafael de León se encontraba en Barcelona; en esta ciudad es encarcelado como a
otros tantos de la farándula, toreros o cantantes, acusado de monárquico por
parte de las autoridades republicanas. En la cárcel, quizás para demostrar sus
simpatías por la causa republicana o para confirmar su neutralidad, declaró
tener una buena amistad con destacados poetas republicanos, como León Felipe,
Federico García Lorca y Antonio Machado.
Durante los años cuarenta y cincuenta la
copla adquiere una gran popularidad. Fueron dos décadas que el público acogió
con gran entusiasmo este género musical, apareciendo en el firmamento artístico
grandes estrellas de la canción que interpretaron magistralmente las coplas
compuestas por grandes maestros.
Rael de León, junto a su musa Concha Piquer y los maestros Quintero y Quiroga |
Pero, a partir de los años sesenta,
comenzó en España cierto aperturismo cultural y muchos jóvenes comenzaron a
despreciar, con injusticia, el conocido estilo de la copla y de la canción
andaluza que tan bien habían representado Quintero, León y Quiroga.
Rafael de León pertenece por derecho
propio a la denominada "Generación del 27" de los poetas españoles,
aunque un incomprensible olvido ha hecho que nunca figure en esa nómina.
De ningún poeta español del siglo XX han
sido tan recitadas sus poesías y tan cantadas las letras de sus canciones. La
obra poética de Rafael de León queda dividida en esos dos grandes apartados: poesía
propiamente dicha y letras para canciones. En casi toda su obra, inspirada en
ambientes muy típicos de Andalucía, queda reflejado el gracejo popular andaluz.
Su primer libro de poesías, “Pena y
alegría del amor”, apareció publicado en 1.941. Un segundo libro titulado
“Jardín de papel” es editado en 1.943.
Con Quintero y Quiroga produjo grandes e
inolvidables canciones, como “Ay pena, penita, pena”, “La niña de fuego”, “La
Lirio”, ”La Salvaora”, “Limosna de amores”, “Romance de Juan Osuna”, “Y sin embargo
te quiero” y un largo etcétera.
En colaboración con Salvador Valverde
escribió las populares “Ay, Maricruz”, “María de la O”, “Triniá” y la
inolvidable “Ojos verdes”. También colaboró con el poeta Xandro Valerio en las
letras de las reconocidas coplas “Tatuaje” y “La Parrala”.
Hacia el final de su dilatada carrera
como letrista, escribió para los cantantes Nino Bravo, Raphael, Rocío Jurado,
Rocío Dúrcal o Isabel Pantoja. Canciones escritas por Rafael de León fueron
presentadas en el Festival de la Canción de Benidorm, obteniendo el primer
premio en la tercera edición (año 1.961) la canción titulada “Enamorada”, con
música de Augusto Algueró. Además, el premio a la mejor letra se lo llevó la
canción “Quisiera”, escrita también por él.
El 9 de diciembre de 1.982 murió en el
más cruel olvido, sin haberse llevado en vida la satisfacción de un merecido
homenaje de reconocimiento a toda su importante obra.
De ningún poeta español de este siglo que acaba,
han sido tan recitadas sus poesías y tan cantadas las letras de sus canciones,
pero incomprensiblemente sigue siendo el gran ausente al hacer recuentos dentro
del ámbito de la cultura popular española de posguerra. La obra poética de
Rafael de León, queda dividida en esos dos grandes apartados: poesías
propiamente dichas, y letras para canciones. En muchos casos unas y otras
tienen un inconfundible parentesco por derivar, alimentarse o inspirarse las
unas de las otras, o viceversa.